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 ¿Qué es la hipocondría y cómo tratarla?

¿Qué es la hipocondría y cómo tratarla?

La preocupación por nuestro estado de salud en situaciones justificadas, sentir miedo por nuestra integridad física, es absolutamente normal. Según los rasgos de personalidad de cada individuo y su situación actualizada a nivel psicológico, la respuesta a las preocupaciones por el estado de salud pueden variar sustancialmente. 

Si has sentido preocupación, incluso miedo por tu estado de salud en algún momento aislado, no tienes por qué padecer hipocondría

¿Qué es la hipocondría realmente?

La hipocondría no es un fenómeno actual, desde los años c. 460 y c. 370 a.C. Hipócrates, el gran padre de la medicina, describe el concepto de hipocondrio, documentando en su descripción un grupo de síntomas físicos y preocupación excesiva por el estado de salud. 

La definición popular y médica de hipocondría, ha sufrido múltiples cambios a lo largo de tantísimos años. El cambio más representativo ha estado en la localización del origen de la hipocondría, las investigaciones y definiciones más antiguas lo sitúan como un fenómeno totalmente físico, mientras que en la medicina moderna, está demostrado que la hipocondría es un trastorno psíquico, documentado dentro del grupo de los trastornos por ansiedad. 

Tipos de hipocondría que existen

La psiquiatría como cualquier especialidad médica, se basa en manuales y documentos vivos que se van actualizando según la acumulación de experiencia y evidencia clínica y científica. Concretamente, los documentos más representativos para clasificar los trastornos mensajes en psiquiatría, son conocidos como los DSM.

Las dos últimas actualizaciones del manual DSM tuvieron lugar en el año 1994 y 2003. Es relevante atender a estas actualizaciones cuando hablamos de la hipocondría, ya que en el DMS Nº4 de 1994, la asociación de americana de psiquiatría clasificaba la hipocondría como un trastorno, documentando además algunos procedimientos combinados entre farmacológicos y terapéuticos. 

En cambio, el propio manual, en su última actualización de 2013, divide la hipocondría como como dos posibles trastornos diversos:

  • Trastorno de ansiedad por enfermedad sin síntomas reales que justifiquen la preocupación. 
  • Trastorno de síntomas somáticos, cuando existen síntomas físicos reales y evidentes, pero es una preocupación desproporcionada según la gravedad de los síntomas. 

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¿Cómo saber si tengo hipocondría? 

Existen 4 objetivos de evaluación que son clave para determinar si una persona está atravesando una crisis de ansiedad por enfermedad, con o sin justificación de síntomas físicos. En cualquiera de sus tipos o versiones, la hipocondría es un trastorno que genera angustia, es molesto para la vida de las personas y puede interferir en el desarrollo de su vida diaria. Por tanto, la hipocondría debe ser tratada con ayuda de profesionales. 

Los principales objetivos en el diagnóstico de la hipocondría son: 

Identificar si existen síntomas físicos reales o no, que actúan como detonante de la crisis de ansiedad. Es clave determinar si los síntomas físicos en sí mismo, son limitaciones en la vida diaria de los usuarios. 

Identificar cuál es realmente cuál es la preocupación: está relacionada con un síntoma en concreto, o se refiere un miedo generalizado a estar gravemente enfermo. 

Un punto crítico en el diagnóstico de hipocondría, es conocer si ya un profesional de la salud ha evaluado y determinado si existe o no una enfermedad. 

Es muy útil poder determinar en este proceso de evaluación de síntomas para determinar si una persona padece hipocondría o no, es medir el impacto y duración de la preocupación y cuánto afecta la vida de la persona. 

Aunque ya conoces los principales objetivos a evaluar en el diagnóstico de la hipocondría, compartimos contigo algunas preguntas que pueden ayudarte a identificar la hipocondría como trastorno. 

Test de hipocondría con preguntas simples. 

Exploración de síntomas físicos.

¿Cuáles son los síntomas constantes y qué actividades te impiden?

¿Estos síntomas se mantienen a pesar de los tratamientos orientados, en caso de existir? 

¿Estás realmente afectado por lo que estos síntomas podrían significar en un diagnóstico futuro? 

Si la mayoría de respuestas a estas preguntas son positivas, probablemente se trate de un trastorno de hipocondría con síntomas somáticos

Temor a estar realmente enfermo.

¿Cuánto te preocupa realmente tener una enfermedad grave? 

¿Evitas ir al médico por temor a lo que te puedan decir? 

¿Cuánto tiempo has mantenido esta preocupación? 

Si la mayoría de respuestas a estas interrogantes son positivas, es muy probable que se trate de un trastorno de ansiedad por enfermedad. Evidentemente en este caso los síntomas son muy poco evidentes, se ha descartado la enfermedad grave por parte de un profesional, aunque esto no disminuya de forma permanente la preocupación intensa. 

Impacto emocional de la hipocondría

Uno de los pasos más importantes en el diagnóstico de la hipocondría, es identificar hasta qué punto el trastorno afecta al paciente. Esta escala de afección está relacionada con la capacidad del trastorno hipocondríaco de afectar el desarrollo de actividades que forman parte de la rutina del usuario. 

La hipocondría no es más leve o grave en función de los fundamentos que la originen o su proximidad a la presencia de una enfermedad real o imaginada. Lo realmente importante para medir las afecciones del trastorno hipocondríaco, es su capacidad de paralizar la vida: afectaciones al sueño, desempeño de tareas productivas, incapacidad de concentrarse en tareas intelectuales u otras que formen parte de la vida diaria del usuario. 

5 tratamientos efectivos para combatir la hipocondría. 

Terapia cognitiva conductual para hipocondría

Las terapias cognitivas conductuales representan un tratamiento no invasivo para los pacientes. Se fundamenta en objetivos educacionales, donde se pretende corregir conductas obsesivas de los pacientes, educarlos sobre la reinterpretación de síntomas y diluir la necesidad de comprobación sistemática de su estado de salud. 

Si bien es cierto que las terapias cognitivas para la hipocondría no tienen un efecto inmediato, es clave comprender que lejos de necesitar una desconección, es clave que se comprenda el trastorno y se fomente la educación sobre el mismo. 

Ciclos de psicoeducación específica. 

Los pacientes con hipocondría necesitan ser ayudados a comprender elementos básicos sobre la interpretación de sus síntomas y bases fundamentales del trastorno hipocondríaco. Estos ciclos educativos pretenden informar al paciente sobre el poder sanador natural del cuerpo, funcionamiento de sistemas de defensa así como la importante conexión entre la salud física y mental para conseguir la estabilidad. 

Intervención médica estructurada. 

En muchas ocasiones, los fallos organizativos en la atención de salud primaria y de especialistas, fomentan las dudas que luego maximizan las personas hipocondríacas. En este tipo de casos, es fundamental documentar el trastorno para coordinar su atención. Es preferible que dentro del marco de lo posible, los pacientes diagnosticados con hipocondría, sean seguidos por un solo médico. Esta coordinación garantiza que el paciente maximice la confianza en su médico y reduzca los niveles de ansiedad. 

Tratamientos farmacológicos. 

El uso de antidepresivos y ansiolíticos, es una de las prácticas más comunes en el sistema de atención médica en Estados Unidos y Europa. Siguiendo las premisas de manuales antes mencionados, útiles para categorizar y democratizar tratamientos para diferentes trastornos mentales, cuando se determina que el nivel de ansiedad manifestado por el paciente con hipocondría es muy elevado e impide pueda realizar con normalidad sus actividades cotidianas, pueda ser medicado con este tipo de tratamientos farmacológicos. 

Es cierto también que existe gran controversia sobre el uso de antidepresivos y ansiolíticos en pacientes con ansiedad. Diversas corrientes del mundo de la investigación médica, han publicado artículos muy reveladores sobre las ventajas y desventajas de estos tratamientos. En otros artículos de Quijote Insurance, abordaremos estas temáticas tan controvertidas. 

Terapias complementarias

La educación de pacientes con trastornos hipocondríacos u otros eventos que manifiestan ansiedad, en materia de terapias de relajación, técnicas de control de estrés, terapia familiar o bien técnicas de mindfulness, son herramientas muy útiles para estos pacientes. 

Es clave comprender que estas terapias no representan uso de fármacos, pretenden educar al paciente para que consiga herramientas de autocontrol que pueden evitar el avance de crisis de ansiedad, estados depresivos y otros trastornos más serios que deban ser atendidos con  tratamientos médicos. 

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Seguros médicos que cubren tratamientos para la hipocondría .

La atención psiquiátrica, fármacos asociados y terapias de rehabilitación, suelen estar incluidos en los seguros médicos de Estados Unidos. En la mayoría de los casos, para atención relacionada con salud mental, es necesario un diagnóstico con un médico psiquiatra, que puede incluir fármacos y/o ciclos de  terapias. Aunque con los fármacos es muy común que el seguro cubra gran parte de los costes, los ciclos de terapias deben ser aprobados por el seguro médico privado en cada caso. 
Si quieres que te ayudemos a comprobar sobre los servicios de atención relacionados con salud mental, estaremos encantados de ayudarte a analizar tu cobertura médica.

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Luis Orlando Hernández
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